El hecho de escribir para un filólogo es algo tan normal como cantar para La Diva de El quinto elemento, pero esta filóloga siempre ha tenido terror a que "la" lean. Estamos a punto de asistir a un acto de locura, a un hecho insólito, voy a abrir una página para todos los relatos que estoy escribiendo estos días. Allá van.
Los dividiré en dos grupos los del Taller de escritura que colocaré aquí:
Taller de escritura. Capítulo I
¿Qué harás cuando salgas de la cuarentena?
Cuando salga abriré la puerta con
miedo. El confinamiento no hubiera estado tan mal si no hubiésemos tenido el
miedo como una espada de Damocles amenazante a cada segundo. Y caminaré,
caminaré, caminaré, caminaré hasta la playa y no me detendré en la orilla, me
adentraré en el mar, nadaré, nadaré y sumergiré mi cabeza en el agua, no
conozco una sensación tan agradable como la de sumergir la cabeza en el agua. Y
saldré, y volveré a caminar, ahora sin rumbo por la ruta recordada en la
memoria de la rutina, y el miedo se irá yendo con cada paso y volveré a la
vida.
Taller de escritura. Hay que intentar expresar antipatía. Capítulo II
Primera reunión de departamento,
ahora tendré que saludar a los nuevos ¡a ver qué tenemos este año!¡niñatos!
No pienso levantar los ojos de la
agenda.
Vaya, qué poco me ha durado: el
pelota de turno
- Buenos
días, yo Concha,…compañera sí, …jefa de departamento no…(ya llegará, tarde, como
siempre y con una sonrisita en la cara, en esa cara que no deja de estirar,
dentro de nada tendrá más frente que la Tudor) perdona…
¡Hombre! y aquí se acerca con paso decidido “el intelectual”, ”el amigo
de todos”, “el ecologista”
- Hola,
…sí, todo bien, gracias,…¿mis vacaciones? Como siempre (y a él qué le importará
lo que haya hecho yo en vacaciones, y ¿por qué me cuenta lo que él ha hecho si
yo no le he preguntado? ¿no le dice eso algo? ¡qué ansia de protagonismo!
Ufff, menos mal, llega “la diva”
¡Madre! Pues esta no tiene que jurar donde ha estado ¡en el quirófano! ¡qué
manía!
Comienza el rollo. Vaya forma de
utilizar las preposiciones “en venir…” ya paso: huevos, patatas, galletas…
¡Ya! Bueno, pues adiós, ha sido
muy interesante, hasta la próxima.
Taller de escritura. Capítulo III
Este relato está realizado a partir de la siguiente imagen del fotógrafo Morasio
Este relato está realizado a partir de la siguiente imagen del fotógrafo Morasio
Imagen nº 3
Relato 3 (título)
La familia vivía en un piso
situado en un edificio del siglo XIX, ocupaba el lado impar de la avenida
principal, el número 5, cerca de la plazoleta polvorienta donde cada año se
instalaba el circo.
El piso se organizaba en torno a
un largo pasillo flanqueado por habitaciones. Las del lado derecho tenían
grandes ventanales que daban a la avenida, a través de las cuales se podía ver
el movimiento de coches y viandantes como marionetas representando su espectáculo
diario.
El día había amanecido despejado,
un sol radiante ocupaba ya, a mediodía, el cenit del cielo. Y aunque el calor,
en ese momento era ya asfixiante, corría una leve brisa que movía los visillos
de los balcones.
Había mucho movimiento en la casa.
Toda la familia se había reunido allí, hacían piña cuando algo ocurría y algo
había ocurrido. La hija mayor, después de años y años de esfuerzo había
conseguido una plaza en una de las Universidades más prestigiosas del lugar y
en una semana partiría para emprender el camino de la madurez.
Carol era una chica flaca, de
aire distraído que andaba siempre haciendo piruetas por el pasillo. Llevaba el
pelo largo y liso teñido de mechas de colores y recogido en una alta cola de caballo. Era el
centro de atención y lo sabía, se sentía un poco agobiada, pero le gustaba la
sensación de serlo. Miraba a su alrededor y sonreía para sus adentros pensando
en la nueva vida que le esperaba.
Todos se fueron agrupando en el
salón de la derecha, Carol en el centro se preparó para soltar su discurso:
“gracias por venir a despedíos de mí, sois muy amables, todo irá bien”. Los
murmullos y las risas de los asistentes apenas dejaban escuchar lo que decía;
ella continuó en el mismo tono de voz: “me alegra poder irme, alejarme de este
mundo claustrofóbico”. Los murmullos y las risas fueron cesando hasta que
solamente se oyó la voz de Carol: “por fin podré alejarme de esta casa y de
este pasillo lleno de miradas que me observan sin tregua. Nunca me habéis
querido, mis padres nunca me han querido. El padre, atónito frente a la puerta, no daba crédito a lo que oía, la madre, desconsolada, sentada en una silla Imperio
sollozaba ocultando su cara entre las manos, no podía creerlo esa confesión
ahora, qué momento más inoportuno con toda la familia delante. Carol continuó:
quiero vivir mi propia vida, no la vuestra, en libertad. Y haciendo una
graciosa pirueta se acercó al balcón y saltó al vacío. Todos se precipitaron al
ventanal para ver qué había ocurrido. En la avenida, sonriente, estaba Carol,
había caído encima del elefante del circo y saludaba a derecha e izquierda como
una más del desfile.
Arriba en la casa, desde el fondo
del pasillo, Oli, desconocedor de todo lo que estaba ocurriendo, sacaba la
cabeza por la puerta y preguntaba si podía salir ya con la tarta.
Taller de escritura. Hay que describir un asesinato desde distintos puntos de vista. Capítulo VII.
Asesino:
Por fin has dejado de mentir. Has pasado todo el verano intentando conquistar mi corazón con la única intención de conseguir mi dinero, y mientras yo me hacía la estrecha, más por educación que por deseos, tú mariposeabas con todas. Fue tan fácil acabar contigo “solo bebo Suntory” –decías- “una copita después de comer, como digestivo” “no viajo sin mi botella”, pues toma Suntory, toma digestivo, se te acabó vivir del cuento.
Detective:
Después de las investigaciones realizadas he podido llegar a la conclusión de que el sr. Flirt no ha muerto de forma natural, ha sido asesinado y ¿cómo? pensarán ustedes, fácil, han envenenado su whisky. Era tan sibarita con la elección del whisky que viajaba con su propia botella, el asesino, lo único que tuvo que hacer es introducir el veneno en la misma, pero cómo sabía el asesino las costumbres del sr. Flirt, fácil también, ¿no sra. Murder? Había que viajar con él para saberlo y eso es lo que lleva usted haciendo todo el verano.
Testigo:
Señor detective, yo estaba en el salón, habíamos acabado de comer, el señor Flirt, como cada día, fue hasta su habitación y bajó con su botella de whisky se sirvió una copa, encendió un puro y se puso a leer el periódico en el mismo rincón de siempre. Al cabo de un rato comenzó a retorcerse en el sillón y a agarrar fuertemente su cuello con las manos, como si algo interior le quemara, después de unos segundos se desvaneció en el sillón echando espuma por la boca, creo que en ese momento murió.
Narrador Omnisciente:
Había llegado el día elegida por la sra. Murder para acabar con la vida del sr. Flirt, estaba tan harta de él que ya no soportaba ni un segundo más su presencia, además se había convertido en la comidilla del grupo, todo el mundo sabía que el sr. Flirt prestaba más atención a cualquier chica, criada, sirvienta que a ella misma. Se quedó en sus habitaciones, con la excusa de buscar algo que no encontraba, ahora bajaría ella al comedor. En ese impás cogió el sobre con el veneno que llevaba guardado en el bolso desde su visita a la ciudad y lo vertió en la botella. Ya nada podía parar el fin, cuando Flirt subiese a por la botella estaría sentenciando su destino.
Taller de escritura. Capítulo 9. A partir de la siguiente imagen de Morasio, debemos recrear diálogos.
-Yo creo que nos han timado, aquí no se ve nada.
-¡Claro que se ve!¡mira bien!¿tienes ajustados los anteojos? dale vueltas a la ruedecilla hasta que veas con claridad, pero, rapidito que somos muchos.
-Pues sí, date prisa que vaya aburrimiento, a mí ya me duele la espalda de estar tanto rato aquí de parón ¡con este calor!
-Te dije que te trajeras algo para entretenerte, si quieres mi periódico te lo dejo un rato.
-Yo también estoy superaburrida, vaya rollazo, no vuelvo más, conmigo no contéis más
-Tendríais que haber hecho caso a vuestro padre. Si queréis compartimos auriculares y oímos mi música ¡os va a encantar!
-Mira que mensaje acaba de llegarme: “Hoy no se verá nada tras la tapia” ¿qué hacemos?¿seguimos esperando o nos vamos?
-Pero ¿quién te manda el mensaje? Seguro que es un fake de alguien del final para adelantar puestos. Yo me quedo.
Y a partir de aquí adjuntaré los relatos que voy enviando, sin mucho convencimiento, a Relatos en cadena de la Ser:
3.ª semana de marzo-20
Título: ¡Por
fin!
Se va a
estrellar. La madre, despreocupada, mientras pelaba una zanahoria, no paraba de
pensar lo mismo. Se abrió la puerta. -¡Hola!-¡Hola! De tanto en tanto levantaba
los ojos de la zanahoria y observaba los movimientos de su hija, como se
internaba por el pasillo hacia su habitación. Cuando apoyó la mano en el pomo
de la puerta, soltó el pelador sobre la mesa y en un abrir y cerrar de ojos se
colocó a su lado, quería ser testigo silencioso del estallido, y lo fue
¡mamá!¿cómo has podido?¿en qué pensabas? Y volviéndose dijo: en mí, hija mía,
en mí.
1.ª semana de abril-20
Título: Paralelas
La propia de los buenos espantapájaros, ¡esa es tu actitud! la de permanecer inmóvil, esperando ¿esperando, qué?
La propia de los buenos espantapájaros, ¡esa es tu actitud! la de permanecer inmóvil, esperando ¿esperando, qué?
La hija la miraba atónita,
movía solo los ojos que seguían a la madre. Observaba como cambiaba el florero
de sitio, como salía y volvía a entrar en el salón con él en las manos, como le
temblaban los labios y parecía asomar una lágrima a sus ojos que nunca caía.
¿Qué le había pasado?¿por
qué daba vueltas por el salón repitiéndose que tenía que actuar? Además,
¿actuar en qué? si ella lo único que quería era jugar a "estatua" ¡y
si se movía perdía!
2.ª semana de abril-20
Título: Irrealidad
Su
preferido fue siempre un cuadro de Hopper. Se sentía ¡tan sola! ¡tan
perdida!¡tan identificada! Allí estaba Ella, haciendo honor al cuadro, en una
habitación minúscula, sentada sobre la cama, las rodillas plegadas, mirando
hacia un ventanuco cubierto de barrotes ¡ya quisiera Ella tener una habitación
y un ventanal tan grandes como los del cuadro! ¡Claro que su vida era peor!-
gritó – ¿quién lo dudaba?
La chica del cuadro bajó de
la cama la miró y con una sonrisa dijo: nadie.3.ª semana de abril-20
Título: El regalo
¡Los desguazabots ya venían de camino! Se habían creído, su perfecta imitación de la voz de su padre. Sí, … defectuoso, sí, cuando puedan, … lo antes posible, gracias. Ya le vale al viejo, con lo que había estudiado este curso. Vaya regalito envenenado ¡con lo que se había esforzado! Para que se hiciera responsable, le dijo ¡Vaya chorrada! Y ¿responsable de qué? ¿de un huevo? ¡Mierda de regalo! Todo el día detrás del puto Tamagotchi, que si llora, que si tiene caca, que si hay que darle de comer, ¡joder! ¡Que solo soy una niña! ¡Que solo tengo ocho años! ¡Que tengo las instrucciones!
4.ª semana de abril-20
(No he tenido tiempo y readacto un relato del taller)
Título: La decisión
Al final del pasillo la ventana ofrecía una panorámica de la placeta donde estaban montando el circo. Había llegado el día, Carol, reunió a la familia en el salón y les contó sus intenciones. El padre atónito, frente a la puerta, no daba crédito; la madre, sentada, lloraba desconsolada sosteniendo su cara con las manos. Cuando Carol terminó se alisó la falda y haciendo una graciosa pirueta se acercó al balcón y saltó al vacío. Todos corrieron al ventanal. En la avenida, sonriente, estaba Carol, había caído sobre el elefante del circo y saludaba a derecha e izquierda como una más del desfile.
1.ª semana de mayo-20
Título: Resurección
Espero el milagro de la resurrección de la carne. Esa era la frase con la que d. Fermín, el cura del pueblo, terminaba sus sermones de domingo. En otro tiempo hubiese acompañado la frase levantando con agilidad y gracia los brazos hacia el cielo. Ahora no podía, la última pandemia le había afectado. Intentaba evitar, privándose de este gesto que tanto le gustaba, que los feligreses contemplasen cómo se deshacía en trozos en cada homilía, ¡resultaba tan inapropiado! Menos mal que las mangas de la casulla eran amplias y retenían los despojos. Hubiese sido imperdonable que rodasen por el suelo.
2.ª semana de mayo-20
Título: Entre cristales anda el juego.
El próximo favor se lo pido a Santa Rita que lo que se da no se quita. Con lo bien que se me ve. Si parezco otra ¡la cara tan despejada! Mira que decir que se lo devuelva ¿Para qué lo querrá ella? Si lleva años sin ponérselo ¡Qué envidiosa! Me vio con él y se volvió loca. Que si tiene un fiesta, que es a medida, que qué poco higiénico. Y yo que no, que yo también voy, que me da igual. Y no va y me dice que vaya de princesa de Éboli, que le devuelva su ojo de cristal ¡cómo si fuera tan fácil sacárselo!
3.ª semana de mayo-20
Título: Un, dos, tres pollito inglés
No paran de preguntar por mí:¿Dónde está Carol Lost? He oído, sorprendida, que soy portada de periódicos locales y ayer vi, en una incursión a la cocina, mi foto en la televisión encendida del salón. Mi padre, tirado en el sillón, lleno de babas, como en una pesadilla, balbucía mi nombre. Tenía la cara descompuesta. La tenía mucho más alegre cuando los pillé en su habitación y me dijo: ”anda piérdete un rato, juguemos al escondite” y aquí estoy desde entonces. Esta vez he encontrado el lugar perfecto, tanto que este juego ya me aburre, si no me encuentran pronto no me quedará más remedio que salir.
1.ª semana de junio-20
Título: Padres digitales
Nos han mandado en la escuela que creemos una actividad TIC. He salido corriendo, ansiosa, para contárselo a mi madre. Las últimas tareas del tutor sobre cocina, costura y hogar han sido un suplicio para la familia. Al llegar a casa, sin aliento, he saltado por encima de los juguetes del pasillo, y he llegado a la cocina donde mi madre calentaba una pizza congelada y con una sonrisa malévola he soltado la noticia bomba. Se ha vuelto hacia mí desconcertada, con fuerza me ha cogido de los hombros y mirándome a los ojos me ha dicho: “Ya lo tenemos en nuestro terreno, ya es nuestro”.
4.ª semana de abril-20
(No he tenido tiempo y readacto un relato del taller)
Título: La decisión
Al final del pasillo la ventana ofrecía una panorámica de la placeta donde estaban montando el circo. Había llegado el día, Carol, reunió a la familia en el salón y les contó sus intenciones. El padre atónito, frente a la puerta, no daba crédito; la madre, sentada, lloraba desconsolada sosteniendo su cara con las manos. Cuando Carol terminó se alisó la falda y haciendo una graciosa pirueta se acercó al balcón y saltó al vacío. Todos corrieron al ventanal. En la avenida, sonriente, estaba Carol, había caído sobre el elefante del circo y saludaba a derecha e izquierda como una más del desfile.
1.ª semana de mayo-20
Título: Resurección
Espero el milagro de la resurrección de la carne. Esa era la frase con la que d. Fermín, el cura del pueblo, terminaba sus sermones de domingo. En otro tiempo hubiese acompañado la frase levantando con agilidad y gracia los brazos hacia el cielo. Ahora no podía, la última pandemia le había afectado. Intentaba evitar, privándose de este gesto que tanto le gustaba, que los feligreses contemplasen cómo se deshacía en trozos en cada homilía, ¡resultaba tan inapropiado! Menos mal que las mangas de la casulla eran amplias y retenían los despojos. Hubiese sido imperdonable que rodasen por el suelo.
2.ª semana de mayo-20
Título: Entre cristales anda el juego.
El próximo favor se lo pido a Santa Rita que lo que se da no se quita. Con lo bien que se me ve. Si parezco otra ¡la cara tan despejada! Mira que decir que se lo devuelva ¿Para qué lo querrá ella? Si lleva años sin ponérselo ¡Qué envidiosa! Me vio con él y se volvió loca. Que si tiene un fiesta, que es a medida, que qué poco higiénico. Y yo que no, que yo también voy, que me da igual. Y no va y me dice que vaya de princesa de Éboli, que le devuelva su ojo de cristal ¡cómo si fuera tan fácil sacárselo!
3.ª semana de mayo-20
Título: Un, dos, tres pollito inglés
No paran de preguntar por mí:¿Dónde está Carol Lost? He oído, sorprendida, que soy portada de periódicos locales y ayer vi, en una incursión a la cocina, mi foto en la televisión encendida del salón. Mi padre, tirado en el sillón, lleno de babas, como en una pesadilla, balbucía mi nombre. Tenía la cara descompuesta. La tenía mucho más alegre cuando los pillé en su habitación y me dijo: ”anda piérdete un rato, juguemos al escondite” y aquí estoy desde entonces. Esta vez he encontrado el lugar perfecto, tanto que este juego ya me aburre, si no me encuentran pronto no me quedará más remedio que salir.
1.ª semana de junio-20
Título: Padres digitales
Nos han mandado en la escuela que creemos una actividad TIC. He salido corriendo, ansiosa, para contárselo a mi madre. Las últimas tareas del tutor sobre cocina, costura y hogar han sido un suplicio para la familia. Al llegar a casa, sin aliento, he saltado por encima de los juguetes del pasillo, y he llegado a la cocina donde mi madre calentaba una pizza congelada y con una sonrisa malévola he soltado la noticia bomba. Se ha vuelto hacia mí desconcertada, con fuerza me ha cogido de los hombros y mirándome a los ojos me ha dicho: “Ya lo tenemos en nuestro terreno, ya es nuestro”.
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